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myjgalindo

Y por qué no

En Palestina se juega al baloncesto

Parece increíble y cuando el otro responsable de este blog me lo contaba ni me lo podía creer. Conocedor, por obligaciones profesionales y por amigos que viven allí, de la situación de la zona, me parecía alucinante que se pudiese organizar algo parecido a una liga por allí. Ha costado, pero al final parece que sale adelante.

Mariano Galindo nos lo cuenta de manera impecable en su artículo en ACB.com, que de paso nos descubre la figura de Dante Hunter, de los personajes más interesantes que he conocido en los últimos tiempos. 

La situación del baloncesto mexicano

El otro día hablaba con un jugador norteamericano que decidió, al acabar sus estudios universitarios, probar suerte en México. A la liga azteca llegó el pasado mes de octubre muy esperanzado con lo que era su primera parada dentro del baloncesto profesional. México, un país marcado por la pobreza y la corrupción, y a pesar de todo un lugar fantástico, siempre ha tenido muchos problemas para sacar una liga decente adelante. El asunto no es de ahora, cuando la crisis mundial agobia a todo el planeta. Es evidente que los problemas económicos globales están perjudicando más aún al desarrollo de un baloncesto que, en lo que se refiere a la labor de crear una competición estable y duradera, tiene mucho que caminar todavía

Pues me decía este jugador que decidió volverse a los dos meses de estar en los Gallos "Era algo insostenible. Fíjate, éramos una decena de jugadores importados, sin orden de entrenamientos, sin orden a la hora de jugar. Un día saltaba a la cancha uno, el otro día era convocado otro. No había nada estable, no sabías cuándo ibas a jugar, no sabías apenas si esa semana te vestirías de corto o no" Y claro, una nómina de norteamericanos tan extensa trajo problemas "No funcionábamos como equipo, porque eramos demasiados y sólo jugaban unos pocos. Luego vino el problema de los sueldos. No me pagaban, tampoco me daban los tickets de comida, prometidos en mi contrato. Decidí irme de ahí aún sin haber cobrado casi nada porque todo representaba un desastre para mí. No me aportaba más que problemas".

Entendemos el shock de un joven de 23 años que emprende hacia un país desconocido una aventura y se encuentra lo descrito. No parece haber seriedad en la mayoría de los clubes. Y el problema también viene de arriba, pues nadie impide los impagos. Un auténtico caos que no es de ahora, es de hace mucho tiempo.

Una conversación divertida

Me escaqueo un momento del curro y me pongo a leer el propio periódico para el que trabajo. ¿Eso es lo que entiendo por ocio y escaqueo? Igual me lo tengo que hacer mirar. Bueno, el caso es que me encuentro con esta entrevista digital o charla con los lectores de Robert Álvarez sobre baloncesto. Muy completa y divertida. Por cierto, son varios los que le preguntan por Le Bron James y su posible futuro en los Nicks. No lo veo claro (él tampoco) pero los movimientos de estas semanas podrían ir por ahí. La esperanza es lo último que se pierde.

Historias de un tío alto

Llevo un tiempo buscando un hueco para escribir sobre él. Llevamos, los dos autores de este blog, unas semanas comentando sus artículos y opiniones, celebrando su buena escritura, pero, sobre todo, el viento fresco que supone una columna como la suya. Me refiero a Paul Shirley, jugador, escritor, columnista ahora de El País, un súper clase con el teclado y la crónica, con el comentario bien escrito. La semana pasada escribió sobre Stephon Marbury con acierto y ritmo, aunque no es su mejor artículo. Eso sí, como soy un radical de gustos incoherentes que vive muy tranquilo con sus contradicciones, sigo siendo de los Knicks y de Marbury y de Barack Obama, del que también habla. Qué le vamos a hacer.

Jordan, de lleno en el golf

Ya hemos hablado en este blog de la pasión de Michael Jordan por el golf. Ahora se comenta, desde hace al menos un mes, aunque ha entrado con fuerza esta semana como tema de debate en el mundillo del golf español y sus medios, en general bastante críticos con la posibilidad de que el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos juegue un papel de ayudante de Fred Couples en la próxima President's Cup. 
Aquí, que nos gusta llevar la contraria, apoyamos la decisión. Se ha comprobado en otras ocasiones que ante la calidad de algunos jugadores lo mejor que se puede aportar por parte de los técnicos es sabiduría práctica, amor por la competición, ganas de ganar. Y de eso el 23 de los Bulls sabe un poco. 

Pepu, clase y estilo

En su columna semanal en el diario El Mundo, José Vicente 'Pepu' Hernández da una muestra de la clase que siempre ha guiado sus acciones y, de paso, de su capacidad de análisis. En un artículo titulado 'Fidelidad', Pepu analiza algunas de las políticas de la Federación, cierto servilismo y algunas estrategias equivocadas de la muy loada Feb que le pueden costar caro en un futuro próximo a nuestro baloncesto. Y no se olvida de las elecciones 'a la búlgara' que organizan Sáez y compañía. El básket está a salvo en lo que haya lucidez y estilo en gente como Pepu. 

El melancólico Mr Air en la Ryder

Fue en el tee de salida de uno de los hoyos de la segunda jornada de la Ryder. Jugaba el español Sergio García y el ruido del muy mal educado público estadounidense antes de empezar el partido era ensordecedor. El español no se desconcentró y la pegó bien con el drive. Camino de donde se encontraba la bola saludó a alguien que estaba a la sombra de un gran árbol, confundido con el paisaje. Me costó ver quién era. Se trataba de Michael Jordan, apasionado del golf, amigo del golfista español.

Estaba en uno de esos coches un poco ridículos que se utilizan para desplazarse por los campos de golf, en una zona donde puede haber público. Pero él es Mr Air y es un VIP, en la tierra como en el cielo. Estaba allí, digo, elegante, discreto, aportando esa clase que le faltó al público. Sonreía, pero sólo a medias. Hay algo de melancolía en el Jordan de los últimos tiempos. Pero siempre será el mejor. Gracias.

Un hombre afortunado

Más allá de los focos de las principales ligas, en el mundo existen multitud de campeonatos atractivos para los amantes del baloncesto, de ese otro baloncesto de bajos vuelos. En cada país, en cada región del planeta, hay un torneo, un campeonato que alberga historias y jugadores interesantes y que por una razón un otra han dado con sus huesos allí. Uno de ellos es Dante Hunter, con quien tuve la oportunidad de hablar hace unos días. El joven jugador norteamericano, que se ha recorrido más de veinte países con los Globetrotters formando parte del equipo sparring, el que siempre pierde, se mostraba encantado por poder viajar haciendo lo que más le gusta. ¿Se imaginan? Juegas al baloncesto, ganas un bueno puñado de dólares y descubres un montón de culturas y gente nueva. Hunter acaba de terminar su estancia en El Salvador, en cuya liga ha permanecido cuatro meses con un papel bastante destacado. Busca un nuevo destino donde deshacer su maleta, no sabe si por un mes, una temporada... Nos decía que le gustaría probar en Irlanda. De El Salvador a Irlanda. ¡Menudo cambio!.

Uno llega a la conclusión de que esta tipo de jugadores emplean el baloncesto como billete de viaje y allá donde requieran sus servicios, marchan, juegan, cobran y vuelven a empezar. Siento envidia sana, porque me contaba que realmente se divertía muchísimo con todo ese trasiego de viajes, con ese papel de trotamundos que tantas experiencias le aporta. Y es que en verdad, en los días que corren, se trata de un privilegiado.