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myjgalindo

Un hombre afortunado

Más allá de los focos de las principales ligas, en el mundo existen multitud de campeonatos atractivos para los amantes del baloncesto, de ese otro baloncesto de bajos vuelos. En cada país, en cada región del planeta, hay un torneo, un campeonato que alberga historias y jugadores interesantes y que por una razón un otra han dado con sus huesos allí. Uno de ellos es Dante Hunter, con quien tuve la oportunidad de hablar hace unos días. El joven jugador norteamericano, que se ha recorrido más de veinte países con los Globetrotters formando parte del equipo sparring, el que siempre pierde, se mostraba encantado por poder viajar haciendo lo que más le gusta. ¿Se imaginan? Juegas al baloncesto, ganas un bueno puñado de dólares y descubres un montón de culturas y gente nueva. Hunter acaba de terminar su estancia en El Salvador, en cuya liga ha permanecido cuatro meses con un papel bastante destacado. Busca un nuevo destino donde deshacer su maleta, no sabe si por un mes, una temporada... Nos decía que le gustaría probar en Irlanda. De El Salvador a Irlanda. ¡Menudo cambio!.

Uno llega a la conclusión de que esta tipo de jugadores emplean el baloncesto como billete de viaje y allá donde requieran sus servicios, marchan, juegan, cobran y vuelven a empezar. Siento envidia sana, porque me contaba que realmente se divertía muchísimo con todo ese trasiego de viajes, con ese papel de trotamundos que tantas experiencias le aporta. Y es que en verdad, en los días que corren, se trata de un privilegiado.

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